RECUPERACIÓN MEDIOAMBIENTAL DEL CAMÍ DE LA MUNTANYA

RECUPERACIÓN MEDIOAMBIENTAL DEL CAMÍ DE LA MUNTANYA

RECUPERACIÓ MEDIAMBIENTAL DEL CAMÍ DE LA MUNTANYA

CAMÍ DE LA MUNTANYA ENVIRONMENTAL RECOVERY

La Vall de Sant Just, situada en la sierra de Collserola, es un entorno natural en el municipio de Sant Just Desvern, a la vez que un importante punto de acceso al Parque Natural de Collserola, el gran espacio verde del Área Metropolitana de Barcelona. Durante años, la Vall estuvo amenazada por un gran proyecto de desarrollo urbanístico además de por la invasión de su frágil entorno por un tránsito indiscriminado de vehículos, actividades intrusivas, construcciones ilegales y vertidos incontrolados que provocaban su degradación y la creación de una franja de actividades y usos marginales. Gracias a una modificación puntual del Plan General Metropolitano, en el año 2006, se estableció un acuerdo de preservación y protección de la Vall, de restauración de la riera y de conservación de las masías, se paralizó el proyecto de desarrollo urbanístico y empezó el proceso de recuperación de este entorno natural y rural.

El Camí de la Muntanya, también conocido como Camino de Vallvidrera, es la vía que vertebra y atraviesa la Vall, paralela a la riera de Sant Just, y es el eje del Proyecto de Recuperación Medioambiental que se ha realizado, en el tramo entre el puente de Can Pedrosa y el Camí de Can Fatjó. El proyecto se enmarca en un contexto de reflexión sobre el tratamiento y la transición de los espacios limítrofes entre el medio natural y el entorno urbano. Es la primera gran actuación de este carácter en los lindares del Parque de Collserola, el éxito de la cual no se hubiera conseguido sin la implicación y colaboración tanto de los Servicios Técnicos del Parque de Collserola como del Ayuntamiento de Sant Just. 

La propuesta tiene como objetivo parar y revertir el proceso de deterioro que se estaba produciendo en la Vall revalorizando y restableciendo la relación perdida entre el parque y la ciudad, haciendo del Camí de la Muntanya un entorno Natural, Sostenible y Resiliente. La intervención, de bajo impacto, quiere recuperarlo como espacio lúdico para las personas, al mismo tiempo que mantener su uso como distribuidor de flujos de vehículos, integrado dentro del entorno natural del Parque. El proyecto actúa de manera integradora y respetuosa para restaurar, proteger y reforzar sistemas naturales y agrícolas sanos e incorporar nuevas áreas verdes de ocio y en poco más de un año ha conseguido recuperar el ambiente agroforestal de la Vall.

La recuperación medioambiental se concreta en dos líneas de actuación principales: la adecuación del camino, pacificando su uso y restaurando sus márgenes, y la re-naturalización del entorno, protegiendo, consolidando y manteniendo la biodiversidad y el paisaje.

Respeto a la adecuación del camino, la actuación trabaja con la intención de convertirlo en un camino de paseo, un recorrido del parque y no una calle de ciudad, siguiendo parcialmente el trazado del antiguo Camí de la Muntanya. El proyecto se define con dos hilos que se unen o se distancian en función de los obstáculos y condicionantes del entorno, desdoblando la traza en un vial rodado y uno para peatones y procurando siempre suavizar la pendiente inicial y priorizar los peatones y ciclistas frente a los vehículos de motor. Trabajando con una sección tipo capaz de absorber variaciones y permitir ajustes en transversal, el proyecto puede adaptarse a la compleja topografía, entrelazarse con caminos y senderos existentes y crear espacios de ocio, contemplación y observación de la naturaleza. 

El paseo una de las mejores maneras de conocer y disfrutar del entorno y sentir el resultado del proyecto. El ritmo de nuestros pasos nos permite descubrir lugares, formas, olores de plantas muy diversos, sonidos y señales de animales. La separación de los dos trazados, vehículos y peatones, pretende preservar la mayor parte de los arboles existentes al borde del camino actual, con tal de dar una calidad añadida al recorrido y unas sombras que existirán ya desde el momento en que se acaban las obras. En los tramos donde hay más anchura se reafirman y enmarcan las “bolsas vegetadas” que ya separaban el camino de vehículos del de los peatones, aprovechando la preexistencia de explanadas configuradas por el camino natural creadas con el paso del tiempo, provocando una inmersión de los usuarios del camino peatonal en un ámbito aún más natural. 

La actuación también contempla la adecuación de otros caminos que tienen como punto de partida el Camí de la Muntanya, forman parten de itinerarios de la Vall y dan acceso a fincas o masías, como son: el camino de la Font de la Beca, el de la Penya del Moro, el de Can Fatjó y el de Can Baró. Estos caminos secundarios se mantienen y mejoran con tal de evitar su degradación. Los límites del camino con el paisaje se rehacen mediante la revegetación, el condicionamiento de taludes y contenciones de bajo impacto (gaviones y taludes de muro verde).

La re-naturalización del entorno aprecia diferentes tipos de ambientes y paisajes: agrícolas, de ribera y forestales. Con tal de reforzar y potenciar el entorno natural el proyecto contempla la protección de los antiguos cultivos y plantaciones de árboles y la identificación y significación de los árboles singulares

Para poder recuperar los espacios que en el trascurso del tiempo habían sufrido una degradación importante y dotarlos de un tratamiento paisajístico adecuado fue necesario el derribo de las construcciones fuera de ordenación, eliminar dos vertederos incontrolados y restituir toda la topografía de las zonas afectadas. Se consiguió así regenerar más de 5 ha de suelo para la recuperación del ambiente rural de la Vall y el desarrollo de actividades compatibles con el Parque de Collserola.

El agua y la riera fueron también dos elementos que se trabajaron con especial énfasis en el proyecto. El agua de lluvia que se recoge a lo largo del Camí de la Muntanya se reconduce directamente hacia la riera, mediante drenajes transversales y depuración natural con rocalla de piedra calcárea, con tal de regularizar en la medida de lo posible su caudal. La riera se sanea y refuerza con escolleras y se crean espacios naturales de laminación. En las intersecciones entre la riera y los diferentes caminos con los que se cruza se crean vados de bajo impacto, con armados de geoceldas y gravas. 

El tratamiento de la vegetación fue un aspecto primordial que se trabajó durante todo el proyecto en consonancia con los servicios técnicos del parque y contó también con la participación de otras instituciones del entorno. En todos los taludes resultantes de desmontes y terraplenes y las grandes superficies se proyectó sobre el terreno una hidrosiembra de semillas de especies autóctonas de clima mediterráneo, adobos, aditivos y agua. Ahí donde fue necesario, los taludes se estabilizaron con una manta orgánica o con una malla metálica según el caso. Entre los dos “Camins de la Muntanya”, el de coches y el de peatones, los árboles plantados fueron del tipo Populus teixana i Fraxinus angustifolia, en alcorques.  Los árboles afectados por la traza de los caminos se trasplantaron y se plantaron árboles y arbustos de especies autóctonas, como encinas (Quercus ilex), chopos, árbol del amor, ciruelos de pissard, almez, etc. dejando algunos árboles ya arrelados en algunos sitios concretos del recorrido y manteniendo como singularidad especies invasoras (como la gran phitolaca existente), 

La restauración de la riera fue una cuestión clave para dar resiliencia a toda la operación, en previsión de futuras avenidas. Se llevaron a cabo dos actuaciones diferenciadas: por un lado, la actuación sobre el talud del nuevo margen de la riera y, por otro lado, las explanadas de las zonas superiores de la misma. En el margen propiamente se aseguró la estabilidad del talud con una disposición de ramas secas obtenidas de las tareas de poda y mejora de la vegetación. Esta técnica consiste en la utilización de material de especias arbustivas rebrotadoras aprovechando material vegetal de la zona y permite una inmediata protección contra la erosión y estabilización en fondo para la formación de una retícula de raíces densa. En las zonas llaneras se eliminaron las especies alóctonas, la biomasa y los árboles caídos y se plantaron especies propias de encinares húmedos, con alguna especie de zona umbría. 

La intervención busca en todo momento su integración en el entorno y no presentarse como una arquitectura impuesta al medio natural. A tal efecto el diseño se subordina al medio con tal de reforzar y resaltar sus atributos naturales, usando colores, texturas y materiales locales, respetando la vegetación existente, re-vegetando siguiendo criterios de eco-mantenimiento con vegetación autóctona mediterránea (arbórea, arbustivas y tapizantes) y considerando la interacción con la fauna. El resultado formal se define desde los criterios básicos de la sostenibilidad y la optimización de recursos y de las líneas de gestión del Parque de Collserola, que pretende naturalizar el lindar parque-ciudad con un diseño propio de parque. 

El diseño se plantea en el marco de una actuación de mínimos, tanto en detalles como en materiales, procurando no destacar sobre el territorio, con los criterios y objetivos siguientes:

- Conseguir que el movimiento de tierras se resuelva en la misma obra: se reutilizaron 12.000 m3 de residuos de los derribos, que se procesan in situ para la construcción de sub-bases, rellenos y gaviones; 

- Reutilizar y recolocar todos los elementos de urbanización existentes ya en el recorrido 

- Evitar al máximo la afectación en el arbolado existente, manteniendo especies invasoras ya arraigadas al lugar, y plantando un centenar de árboles nuevos. 

- Enterrar las instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones de suministro a las masías con tal de minimizar el impacto visual que ya provocan las grandes redes de infraestructuras eléctricas que cruzan el Área Metropolitana por el parque. 

- Optar por la no iluminación artificial, evitando así la contaminación lumínica en un entorno natural sensible.

La pavimentación da respuesta a la problemática de la necesidad de un mantenimiento sistemático y altos costes del camino actual debido a su deterioro constante y a la contaminación ambiental que se generaba por el polvo que producía el paso de los coches, que afectaba a las personas y a la vegetación. 

Así, la solución planteada trabaja de manera distinta el camino para los vehículos que el de los peatones. Por un lado, el vial rodado tiene un tratamiento más duro, de hormigón coloreado con óxido de hierro, pero integrando elementos de pacificación del tráfico, y por otro el camino de los peatones cuenta con un pavimento más blando, de tierra sólida, más agradable para el paseo. La tierra sólida se compone de tierras aprovechadas de la obra mezcladas con aditivos que, junto con la humedad y compactación adecuadas, se consigue un pavimento natural. 

Para la protección de los desniveles presentes en todo el Camí de la Muntanya se tiene en cuenta su función concreta en cada caso. Donde se constata la existencia de la fauna local se usa una protección de madera de pino tratada que permite el paso de los animales salvajes, mientras donde los desniveles a proteger son peligrosos para las personas se protegen con barandillas metálicas encastadas a los muros de gaviones, de un diseño que permite vistas al paisaje y es muy liviano. Los bancos se diseñan con el mismo sistema de anclaje que las barandillas en los muros de gaviones y se colocan en los sitios con mejores vistas o espacios de contemplación.  

Toda esta operación se lleva a cabo con el objetivo de mejorar el entorno natural de la Vall pero también su relación con toda la ciudadanía con tal de potenciar la estima y el cuidado por el entorno natural de Collserola. La utilización del camino, siempre muy concurrido, confirma el tono adecuado de la actuación, de voluntad atemporal, y su inmediata integración en el entorno, natural y social.  

La Vall de Sant Just, situada en la sierra de Collserola, es un entorno natural en el municipio de Sant Just Desvern, a la vez que un importante punto de acceso al Parque Natural de Collserola, el gran espacio verde del Área Metropolitana de Barcelona. Durante años, la Vall estuvo amenazada por un gran proyecto de desarrollo urbanístico además de por la invasión de su frágil entorno por un tránsito indiscriminado de vehículos, actividades intrusivas, construcciones ilegales y vertidos incontrolados que provocaban su degradación y la creación de una franja de actividades y usos marginales. Gracias a una modificación puntual del Plan General Metropolitano, en el año 2006, se estableció un acuerdo de preservación y protección de la Vall, de restauración de la riera y de conservación de las masías, se paralizó el proyecto de desarrollo urbanístico y empezó el proceso de recuperación de este entorno natural y rural.

El Camí de la Muntanya, también conocido como Camino de Vallvidrera, es la vía que vertebra y atraviesa la Vall, paralela a la riera de Sant Just, y es el eje del Proyecto de Recuperación Medioambiental que se ha realizado, en el tramo entre el puente de Can Pedrosa y el Camí de Can Fatjó. El proyecto se enmarca en un contexto de reflexión sobre el tratamiento y la transición de los espacios limítrofes entre el medio natural y el entorno urbano. Es la primera gran actuación de este carácter en los lindares del Parque de Collserola, el éxito de la cual no se hubiera conseguido sin la implicación y colaboración tanto de los Servicios Técnicos del Parque de Collserola como del Ayuntamiento de Sant Just. 

La propuesta tiene como objetivo parar y revertir el proceso de deterioro que se estaba produciendo en la Vall revalorizando y restableciendo la relación perdida entre el parque y la ciudad, haciendo del Camí de la Muntanya un entorno Natural, Sostenible y Resiliente. La intervención, de bajo impacto, quiere recuperarlo como espacio lúdico para las personas, al mismo tiempo que mantener su uso como distribuidor de flujos de vehículos, integrado dentro del entorno natural del Parque. El proyecto actúa de manera integradora y respetuosa para restaurar, proteger y reforzar sistemas naturales y agrícolas sanos e incorporar nuevas áreas verdes de ocio y en poco más de un año ha conseguido recuperar el ambiente agroforestal de la Vall.

La recuperación medioambiental se concreta en dos líneas de actuación principales: la adecuación del camino, pacificando su uso y restaurando sus márgenes, y la re-naturalización del entorno, protegiendo, consolidando y manteniendo la biodiversidad y el paisaje.

Respeto a la adecuación del camino, la actuación trabaja con la intención de convertirlo en un camino de paseo, un recorrido del parque y no una calle de ciudad, siguiendo parcialmente el trazado del antiguo Camí de la Muntanya. El proyecto se define con dos hilos que se unen o se distancian en función de los obstáculos y condicionantes del entorno, desdoblando la traza en un vial rodado y uno para peatones y procurando siempre suavizar la pendiente inicial y priorizar los peatones y ciclistas frente a los vehículos de motor. Trabajando con una sección tipo capaz de absorber variaciones y permitir ajustes en transversal, el proyecto puede adaptarse a la compleja topografía, entrelazarse con caminos y senderos existentes y crear espacios de ocio, contemplación y observación de la naturaleza. 

El paseo una de las mejores maneras de conocer y disfrutar del entorno y sentir el resultado del proyecto. El ritmo de nuestros pasos nos permite descubrir lugares, formas, olores de plantas muy diversos, sonidos y señales de animales. La separación de los dos trazados, vehículos y peatones, pretende preservar la mayor parte de los arboles existentes al borde del camino actual, con tal de dar una calidad añadida al recorrido y unas sombras que existirán ya desde el momento en que se acaban las obras. En los tramos donde hay más anchura se reafirman y enmarcan las “bolsas vegetadas” que ya separaban el camino de vehículos del de los peatones, aprovechando la preexistencia de explanadas configuradas por el camino natural creadas con el paso del tiempo, provocando una inmersión de los usuarios del camino peatonal en un ámbito aún más natural. 

La actuación también contempla la adecuación de otros caminos que tienen como punto de partida el Camí de la Muntanya, forman parten de itinerarios de la Vall y dan acceso a fincas o masías, como son: el camino de la Font de la Beca, el de la Penya del Moro, el de Can Fatjó y el de Can Baró. Estos caminos secundarios se mantienen y mejoran con tal de evitar su degradación. Los límites del camino con el paisaje se rehacen mediante la revegetación, el condicionamiento de taludes y contenciones de bajo impacto (gaviones y taludes de muro verde).

La re-naturalización del entorno aprecia diferentes tipos de ambientes y paisajes: agrícolas, de ribera y forestales. Con tal de reforzar y potenciar el entorno natural el proyecto contempla la protección de los antiguos cultivos y plantaciones de árboles y la identificación y significación de los árboles singulares

Para poder recuperar los espacios que en el trascurso del tiempo habían sufrido una degradación importante y dotarlos de un tratamiento paisajístico adecuado fue necesario el derribo de las construcciones fuera de ordenación, eliminar dos vertederos incontrolados y restituir toda la topografía de las zonas afectadas. Se consiguió así regenerar más de 5 ha de suelo para la recuperación del ambiente rural de la Vall y el desarrollo de actividades compatibles con el Parque de Collserola.

El agua y la riera fueron también dos elementos que se trabajaron con especial énfasis en el proyecto. El agua de lluvia que se recoge a lo largo del Camí de la Muntanya se reconduce directamente hacia la riera, mediante drenajes transversales y depuración natural con rocalla de piedra calcárea, con tal de regularizar en la medida de lo posible su caudal. La riera se sanea y refuerza con escolleras y se crean espacios naturales de laminación. En las intersecciones entre la riera y los diferentes caminos con los que se cruza se crean vados de bajo impacto, con armados de geoceldas y gravas. 

El tratamiento de la vegetación fue un aspecto primordial que se trabajó durante todo el proyecto en consonancia con los servicios técnicos del parque y contó también con la participación de otras instituciones del entorno. En todos los taludes resultantes de desmontes y terraplenes y las grandes superficies se proyectó sobre el terreno una hidrosiembra de semillas de especies autóctonas de clima mediterráneo, adobos, aditivos y agua. Ahí donde fue necesario, los taludes se estabilizaron con una manta orgánica o con una malla metálica según el caso. Entre los dos “Camins de la Muntanya”, el de coches y el de peatones, los árboles plantados fueron del tipo Populus teixana i Fraxinus angustifolia, en alcorques.  Los árboles afectados por la traza de los caminos se trasplantaron y se plantaron árboles y arbustos de especies autóctonas, como encinas (Quercus ilex), chopos, árbol del amor, ciruelos de pissard, almez, etc. dejando algunos árboles ya arrelados en algunos sitios concretos del recorrido y manteniendo como singularidad especies invasoras (como la gran phitolaca existente), 

La restauración de la riera fue una cuestión clave para dar resiliencia a toda la operación, en previsión de futuras avenidas. Se llevaron a cabo dos actuaciones diferenciadas: por un lado, la actuación sobre el talud del nuevo margen de la riera y, por otro lado, las explanadas de las zonas superiores de la misma. En el margen propiamente se aseguró la estabilidad del talud con una disposición de ramas secas obtenidas de las tareas de poda y mejora de la vegetación. Esta técnica consiste en la utilización de material de especias arbustivas rebrotadoras aprovechando material vegetal de la zona y permite una inmediata protección contra la erosión y estabilización en fondo para la formación de una retícula de raíces densa. En las zonas llaneras se eliminaron las especies alóctonas, la biomasa y los árboles caídos y se plantaron especies propias de encinares húmedos, con alguna especie de zona umbría. 

La intervención busca en todo momento su integración en el entorno y no presentarse como una arquitectura impuesta al medio natural. A tal efecto el diseño se subordina al medio con tal de reforzar y resaltar sus atributos naturales, usando colores, texturas y materiales locales, respetando la vegetación existente, re-vegetando siguiendo criterios de eco-mantenimiento con vegetación autóctona mediterránea (arbórea, arbustivas y tapizantes) y considerando la interacción con la fauna. El resultado formal se define desde los criterios básicos de la sostenibilidad y la optimización de recursos y de las líneas de gestión del Parque de Collserola, que pretende naturalizar el lindar parque-ciudad con un diseño propio de parque. 

El diseño se plantea en el marco de una actuación de mínimos, tanto en detalles como en materiales, procurando no destacar sobre el territorio, con los criterios y objetivos siguientes:

- Conseguir que el movimiento de tierras se resuelva en la misma obra: se reutilizaron 12.000 m3 de residuos de los derribos, que se procesan in situ para la construcción de sub-bases, rellenos y gaviones; 

- Reutilizar y recolocar todos los elementos de urbanización existentes ya en el recorrido 

- Evitar al máximo la afectación en el arbolado existente, manteniendo especies invasoras ya arraigadas al lugar, y plantando un centenar de árboles nuevos. 

- Enterrar las instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones de suministro a las masías con tal de minimizar el impacto visual que ya provocan las grandes redes de infraestructuras eléctricas que cruzan el Área Metropolitana por el parque. 

- Optar por la no iluminación artificial, evitando así la contaminación lumínica en un entorno natural sensible.

La pavimentación da respuesta a la problemática de la necesidad de un mantenimiento sistemático y altos costes del camino actual debido a su deterioro constante y a la contaminación ambiental que se generaba por el polvo que producía el paso de los coches, que afectaba a las personas y a la vegetación. 

Así, la solución planteada trabaja de manera distinta el camino para los vehículos que el de los peatones. Por un lado, el vial rodado tiene un tratamiento más duro, de hormigón coloreado con óxido de hierro, pero integrando elementos de pacificación del tráfico, y por otro el camino de los peatones cuenta con un pavimento más blando, de tierra sólida, más agradable para el paseo. La tierra sólida se compone de tierras aprovechadas de la obra mezcladas con aditivos que, junto con la humedad y compactación adecuadas, se consigue un pavimento natural. 

Para la protección de los desniveles presentes en todo el Camí de la Muntanya se tiene en cuenta su función concreta en cada caso. Donde se constata la existencia de la fauna local se usa una protección de madera de pino tratada que permite el paso de los animales salvajes, mientras donde los desniveles a proteger son peligrosos para las personas se protegen con barandillas metálicas encastadas a los muros de gaviones, de un diseño que permite vistas al paisaje y es muy liviano. Los bancos se diseñan con el mismo sistema de anclaje que las barandillas en los muros de gaviones y se colocan en los sitios con mejores vistas o espacios de contemplación.  

Toda esta operación se lleva a cabo con el objetivo de mejorar el entorno natural de la Vall pero también su relación con toda la ciudadanía con tal de potenciar la estima y el cuidado por el entorno natural de Collserola. La utilización del camino, siempre muy concurrido, confirma el tono adecuado de la actuación, de voluntad atemporal, y su inmediata integración en el entorno, natural y social.  

 

41.398712224007, 2.0857616417717

Col·laboradors
Josep Mascaró Catalá
PBP ASSOCIATS, SCP
Any de concepció del projecte
2017
Any finalització de l'obra
2019
Subcategoria del premi
Intervención en espacios naturales
Superfície
10Ha
Tipus de client
Empresa privada
Nom client
JUNTA COMPENSACIÓ DE LA VALL DE SANT JUST DESVERN
Empresa constructora
AMBIENTALIA WORLD, SL / CONNATURA
Direcció d'obres
JOAN IGNASI RIERA
Direcció
Camí de la Muntanya
Coordenadas UTM
Latitud: 41.39871222400732 Longitud: 2.0857616417717217
Ciutat / Emplaçament
Sant Just Desvern. Barcelona
Regió
Catalunya
País
Espanya