Proyecto de Urbanización para la Regeneración Urbana del Entorno de la Plaza de Brujas, Lonja, Mercado Central y Santos Juanes

Antecedentes

El entorno de la actuación es un punto neurálgico de la vida urbana y comercial de Valencia, incluso antes de la construcción del Mercado Central actual (1928). Coetánea a la construcción del edificio, se plantea una reforma interior que proyecta dos grandes avenidas cruzando el centro. Solamente quedó la del Oeste que atravesaba de sur a norte, ignorando cualquier valoración patrimonial. Finalmente, se paralizó al llegar al Palacio del Conde de Parcent, el Mercado Central, los Palacios de los Eixarchs y la Iglesia de los Santos Juanes. El resultado de esta operación dio como resultado lo que hoy en día conocemos como la Plaza Ciudad de Brujas, siendo realmente el final de una avenida inconclusa.

El proyecto propone la regeneración urbana del entorno de la Lonja de la Seda, el Mercado Central y la Iglesia de los Santos Juanes, todos ellos catalogados como Bienes de Interés Cultural (BIC). Los dos principales espacios de la actuación son la Plaza del Mercado, que se caracteriza por ser un espacio urbano emblemático en que cohabitan los diferentes monumentos, y la Plaza Ciudad de Brujas situada sobre un nuevo aparcamiento subterráneo, un espacio desatendido que carecía de un mínimo de calidad urbana.

Objetivos generales de la propuesta

Se proponen una serie de espacios abiertos interrelacionados entre ellos para conseguir un espacio público flexible que se adapte a las diferentes condiciones y necesidades urbanas.

La naturaleza fluvial de la ciudad de Valencia, nacida entre dos brazos del río Turia, queda reflejada en el ámbito, pudiendo leerse todavía la traza del brazo seco en la topografía del lugar. Este hecho, sumado a la existencia de la acequia Rovella, da como resultado la idea generatriz de la propuesta: el agua como configuradora del medio físico urbano. La propuesta define los caminos del agua que a su vez estructuran la composición de los pavimentos que dotan de un entorno adecuado a cada uno de los elementos patrimoniales del ámbito.

Espacio público y paisaje urbano

Existe una convivencia de edificaciones de diferentes épocas y estilos. El proyecto pretende interrelacionar los ámbitos sin perder una lectura unitaria del lugar, creando un espacio público pensado para el peatón. El pavimento y la eliminación de elementos perturbadores facilitarán la lectura del paisaje urbano.

Los pavimentos se tratan como alfombras alrededor de los diferentes monumentos; utilizando la piedra caliza en gran formato en frente de La Lonja y en un formato más pequeño en el entorno de la iglesia de los Santos Juanes, alrededor del Mercado Central se utiliza una combinación tricolor de granitos. En el resto de la intervención se emplea el granito gris en distintos formatos que articula la intervención con su entorno.

Junto con los pavimentos, el arbolado se utiliza para reforzar los diferentes caracteres del espacio público, con alineaciones que apoyan la continuidad de las fachadas, palmeras mediterráneas en los accesos y entornos patrimoniales, palmeras tropicales en retícula en las jardineras en la plaza Ciudad de Brujas y arbolado singular para caracterizar espacios más contenidos como la Plaza de la Comunión de Sant Joan y la placita de entronque con la Calle Sant Ferran.

Avenida del Oeste / Plaza Ciudad de Brujas

Era importante devolver al final de la Avenida del Oeste el carácter de espacio público comercial y de encuentro, por ello, esta plaza se proyecta como un espacio único articulado con su entorno.

La transición hasta la Plaza Ciudad de Brujas se trata como un espacio de plataforma única colonizado por una retícula de palmeras que sigue la estructura del mercado, rompe la potencia de la alineación de la avenida y ayuda a establecer un nuevo orden. Este espacio, marcado por el final de la avenida urbana y el inicio del tejido histórico, pretende tener carácter de espacio de encuentro.

En la zona sur se ubica una primera pérgola que recoge la caja de ascensores y escaleras del aparcamiento, generando un entorno sombreado donde se sitúa una parada de bus. Esta pérgola acompaña el recorrido del autobús, pero también abre las visuales desde la avenida y dirige la mirada hacia el campanario de Santos Juanes, recuperando a su vez la escala de la antigua calle existente junto al Mercado Central.

En la zona norte, donde se encontraba la antigua Plaza del Cementerio, se genera un espacio de estancia formalizado por unos planos inclinados de pavimento y una pérgola que los enmarca. Junto a la escalera de salida del aparcamiento, estos planos acotan la antigua traza de la plaza, recuperan su escala y permiten sentarse bajo la pérgola disfrutando del espacio público.

Plaza del Mercado

En este punto se produce el encuentro de los tres BICs presentes en la propuesta: Iglesia de los Santos Juanes, Lonja de la Seda y Mercado Central. Se propone la eliminación de parte del arbolado existente y la plantación de palmeras de porte alto con el fin de enmarcar el espacio sin interrumpir las visuales. El encuentro entre los tres tipos de pavimentos a modo de alfombras reforzará la importancia de este ámbito.

También destaca la intervención en “Les Covetes” (antiguos locales de artesanos). Mediante la depresión del pavimento se consigue recuperar la cota original de acceso a las mismas y, a su vez, crear una zona de estancia a modo de graderío.

Sostenibilidad y criterios ambientales

El ámbito de trabajo presenta una gran presión de uso y necesidad de superficies pavimentadas accesibles, dificultando la creación de zonas ajardinadas por lo que se ha optado por el uso de pavimentos permeables en zonas de alcorques y se han interconectado los nuevos huecos de plantación con suelo estructural. De esta forma, se contribuye a reducir el efecto de “isla de calor” y se mejora la calidad del suelo permitiendo un mejor desarrollo del arbolado.

Una de las pérgolas de la Plaza Ciudad de Brujas funciona como soporte de un sistema de células fotovoltaicas con el objetivo de generar energía eléctrica que se aprovecha para la recarga de coches eléctricos estacionados en el aparcamiento subterráneo.

Usos y actividades.

En el ámbito de proyecto, el uso del espacio público es muy variado y cambiante, con su remodelación, estos usos, previamente concentrados en la zona este, se redistribuyen contribuyendo a que la presión se reparta en todo el ámbito.

La intervención es pues especialmente relevante en cuanto al género, ya que supone una oportunidad para consolidar el entorno del Mercado como un lugar de actividad diaria y afluencia de personas, y para mitigar los problemas urbanos vinculados al histórico abandono del barrio de Velluters. La consideración del transporte público como un activo urbano, la mejora de la accesibilidad, la incorporación de campos visuales amplios y la configuración de espacios de estancia libres, reequilibran los aspectos de género en el proyecto.