ACONDICIONAMIENTO DEL YACIMIENTO DEL CASTILLO DE A ROCHA FORTE

Su posición dominante de los caminos de entrada en Santiago desde Pontevedra y Noia resulta actualmente difícil de comprender, al haberse visto afectado por la construcción de la vía férrea Santiago-Carril, en el siglo XIX, y ya en la segunda mitad del siglo XX, por la construcción del viaducto de A Rocha —nueva entrada a Santiago de la N-550 —, los accesos a las autopistas AP-9 y AG-56 y el desdoblado de la vía férrea.
Entre los años 2002 y 2009 se realizaron campañas arqueológicas que pusieron de manifiesto el gran interés y potencial del yacimiento. En 2013, se realizó una nueva y ambiciosa campaña de excavación y restauración que permitió recuperar los restos comprendidos en el ámbito de la primera y segunda muralla. En 2020 se comprobó la existencia de una tercera muralla. Entre los años 2012 y 2014 se desarrolló el Plan Especial de Protección y Acondicionamiento do Parque Arqueolóxico da Rocha, de acuerdo con las previsiones del PXOM de Santiago de Compostela.
Entre 2013 y 2022 se realizaron las actuaciones de acondicionamiento en el yacimiento y su entorno. La primera consistió en la construcción de un cierre en torno al área arqueológica, la segunda se ocupó del acondicionamiento interior del yacimiento, y la tercera del acondicionamiento de los espacios exteriores y del entorno, en la que también se construyó un aparcamiento para los visitantes.
El criterio que se ha seguido para el acondicionamiento del yacimiento es el de “intervención mínima” que valora ante todo la legibilidad de la ruina existente, evitando en lo posible que la intervención arquitectónica entre en competencia con aquella o tenga un protagonismo excesivo que impida que la atención del visitante recaiga sobre el bien patrimonial.
El aparcamiento 
El aparcamiento se sitúa razonablemente lejos del yacimiento para evitar su presencia. Se trata de un espacio holgado, con pavimento continuo de hormigón con juntas “verdes”, en el que las plazas de estacionamiento se sitúan entre el arbolado de nueva plantación, carballos y castaños, parcialmente ocultas por el seto de hayas (Fagus sylvatica) que establece el perímetro, de modo que tanto desde la calle de acceso como desde el parque arqueológico se minimice la presencia de los vehículos.
Los caminos peatonales. La recuperación del antiguo camino de conexión con el núcleo da Rocha
La conexión entre el aparcamiento y el yacimiento arqueológico se realiza mediante la recuperación del antiguo camino que unía el castillo con el núcleo de A Rocha Vella. Durante gran parte de su trazado el camino va vinculado a un muro de mampostería que también se recupera.
Caminar sobre las propias ruinas
En general se ha tratado en lo posible de que el recorrido del visitante se haga sobre el propio suelo resultado de las excavaciones más recientes. Este suelo de xabre compactado se utilizará como pavimento general en todas aquellas zonas que la topografía permite unas condiciones adecuadas de accesibilidad o en aquellas otras que por sus especiales dificultades orográficas sea desaconsejable la construcción de un “aparato” arquitectónico que debido a las pendientes a salvar adquiriera un desarrollo y una complejidad tal que pueda llegar a ser molesto para la comprensión del propio yacimiento.
Mejora de la accesibilidad a ciertos hitos: las plataformas
Para facilitar en lo posible la accesibilidad a gran parte del yacimiento al mayor número de personas, se colocaron una serie de plataformas que, mediante la construcción de un suelo diferente al actual, elevado ligeramente de éste, conducen a los visitantes a los puntos más significativos del castillo. Las plataformas, a la vez que salvan los obstáculos interiores del yacimiento, establecen un itinerario museológico y representan en sí mismas un elemento de señalización que guía al visitante a través de los restos.
La atalaya-mirador para la visión del yacimiento y su territorio
Como complemento a la visita al yacimiento, y para ayudar a la comprensión de las ruinas del antiguo castillo y del territorio en que se insertaba, se construyó en el exterior del castillo, casi al final del camino tradicional que lo enlaza con el aparcamiento y el núcleo de A Rocha Vella, una atalaya-mirador que situada entre los árboles y parcialmente oculta entre ellos, permite al visitante la visión general del yacimiento desde un punto de vista lo suficientemente elevado para permitir la observación completa de todo el área arqueológica y también del territorio en que se inserta. La atalaya, de planta circular con un diámetro total de 4,44 metros, se elevará hasta una altura de casi 7 metros. La plataforma superior tiene capacidad para albergar a un grupo de 4 a 6 personas.
Materiales
Casi todo está construido con acero, básicamente barras macizas circulares de 20 mm de diámetro, con las que se construye el cierre, las barandillas y la atalaya, y chapas gruesas del mismo material, a veces perforadas, para la construcción de plataformas y escaleras. Fuera de esto, los otros materiales son es el hormigón rallado y ligeramente pigmentado del aparcamiento y el xabre estabilizado de los caminos.