
















Camino De Santiago en el entorno de Yesa
Ruesta es una ruina, una hermosa ruina, testimonio de una historia que pide ser preservada, y revela una realidad territorial: el paisaje de la despoblación. Uno de los mayores retos de la restauración es la recuperación del paisaje y la arquitectura perdidos una vez que se han convertido en una ruina.
Este proyecto de restauración territorial propone soluciones y nuevas formas de habitar el Camino de Santiago, el principal sustento vital de esta región abandonada. Las actuaciones han recuperado su paso por Ruesta y el embalse de Yesa, así como la restauración de sus ermitas y tramos del camino. Para que el Camino vuelva a ser el eje vertebrador cultural y social de un territorio que lucha contra la despoblación, y también como vía de intercambio, conservación, y puesta en valor del patrimonio
Desde 2017, fomentado por la Confederación Hidrográfica del Ebro se está desarrollando un plan director relativo a la recuperación del paisaje del Camino de Santiago Francés por Aragón en el entorno de Ruesta, población que quedó vacía en los años 60 con la construcción del embalse de Yesa que transformó profundamente el paisaje del lugar, sus poblaciones y los caminos históricos. Las actuaciones han comenzado deslindando y estudiando el paisaje del camino en sus ramales norte y sur del río Aragón, y han continuado con la recuperación física el Camino de Santiago a su paso por Ruesta, la restauración de la calle del Centro de esta localidad y su paisaje urbano, de sus ermitas y entornos de San Jacobo y de San Juan, de las ermitas de San Juan de Sigüés, San Pedro de Artieda, y Las Viñas en Esco, acompañados además de una serie de intervenciones paralelas de recuperación de tramos de la Vía Tolosana y de infraestructuras para asegurar su continuidad, como son los proyectos para la pasarela del río Regal o una red de miradores y fuentes en el Camino en los cuales se está trabajando en la actualidad.
El objetivo principal de esta intervención era preservar la vida de los peregrinos, en un sentido real dado el avanzado estado de ruinas, y también el necesario goteo de vida que mantiene el paisaje de Ruesta, el sustento vital de las poblaciones por las que transcurre, y el principal garante de la preservación y fomento de su importante patrimonio cultural y paisajístico. No se trataba de reconstruir físicamente calles y casas, sino de ir más allá, y reinventar una comunidad después del abandono que fortaleciese sus vínculos con el lugar de acuerdo con las leyes y dinámicas de las comunidades actuales. El proyecto, en este momento, se tornó más ambicioso, en busca de propuestas que arrojaran luz sobre el gran problema de la despoblación.
Se ha logrado consolidar las estructuras originales recurriendo al carácter simbólico de la ruina para, sugerir que estas actuaciones de consolidación además fueran dirigidas hacia la rememoración de la escena urbana previa, escena que siglo tras siglo había conformado el paso del Camino de Santiago. Desde la sensatez, se contemplaba una serie de usos nuevos reversibles y compatibles para las ruinas restauradas, como la construcción en los solares vaciados de escombro y estabilizados de un camping que diera servicio a los peregrinos, al que llamamos "Ruesting". Se ha llevado a cabo la restauración de sus ermitas románicas de San Juan y Santiago como espacios de memoria abiertos permanentemente a los peregrinos, las cuales han conseguido escapar del inexorable avance de la ruina volviendo a la vida.
Los recursos empleados en las obras utilizaron principalmente materiales KM.0, recuperando técnicas vernáculas desarrolladas por personas de las aldeas más cercanas mediante intervenciones de bajo coste, constituyendo a su vez la más hermosa lección de arquitectura que hayamos tenido.
La restauración ha adquirido a lo largo de estos años una dimensión territorial.
La repercusión del proyecto de arquitectura puede ayudar a diferentes comunidades a establecer estrategias para combatir el abandono, y ha transmitido a las aldeas más cercanas un nuevo impulso para la preservación y la fe en su paisaje, a fin de cuentas, la herencia que dejaremos a nuestros hijos.
Premios:
Seleccionado en el Pabellón de España de la Bienal de Venecia
Premio de la Unión Internacional de Arquitectos 2024
Premio FAD 2024
Premio de la XVI Bienal de Arquitectura Española
Hispania Nostra 2021
Trofeo Ricardo Magdalena Institución Fernando el Católico-CSIC 2020
Premio García Mercadal Colegio de Arquitectos de Aragón. Categoría Intervención Monumental2020