16.09-MIN>MINA DE LA CIUTAT
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Roquetes es un barrio con carácter, marcado por su situación periférica, al pie de Collserola. La pronunciada topografía y la dificultad para llevar los servicios básicos hicieron fraguar la unión de sus vecinos en la lucha por sus derechos. Ese carácter, casi arisco, es acorde con el subsuelo rocoso que aflora a la superficie en forma de canteras en algunos puntos del barrio.
En los cruces entre la calle mayor de Roquetes y las cuestas perpendiculares es donde la propuesta cristaliza en forma de poliedros rocosos. Estas estructuras cortadas en granito alargan recorridos, suavizan pendientes y mejoran la accesibilidad de las calles. La reurbanización de la calle Mina de la Ciutat gira alrededor de esa media docena de esquinas, y de la diseminación de su solución en otros puntos para encerrar zonas ajardinadas que suavizan la piedra y la tamizan de verde. Esas formaciones devienen singularidades pétreas que caracterizan la ordenada y precisa urbanización requerida por la autoridad municipal.
El último guiño a los vecinos que tan intensamente han participado en el proyecto y la obra consiste en el uso de todos los modelos de panots. La diversidad vecinal que existe en la actualidad queda representada en la combinación de flores, círculos o pastillas cuadradas de cemento. Son dibujos variados, enmarcados en maestras graníticas que pavimentan la calle, representan la condición de amalgama del barrio e, inevitablemente, generan alguna respuesta irónica “¿Seguro que esto no son los restos de las obras de toda la ciudad?”.