Valeria Cartes Urrutia

La presión de las actividades informales —como los vertidos ilegales y los incendios forestales— combinada con la falta de control sobre el uso público recreativo y problemas como la erosión del suelo y la escasez de agua, está degradando rápidamente el paisaje y la biodiversidad de un lugar de extraordinaria riqueza en la zona central de Chile: el Cajón del Río Colina. Esta zona se enfrenta ahora a un deterioro ecológico acelerado que amenaza su valioso patrimonio natural. Entre rocas, arroyos, arbustos y arboledas, el Cajón del Río Colina revela una sinfonía de texturas, sonidos y colores que invitan a reconectarse con el carácter auténtico y esencial de los paisajes fluviales esclerófilos de Chile. El proyecto propone un Plan Maestro multiescalar, concebido como un tejido sensible que armoniza el uso público con la conservación del paisaje a lo largo de un recorrido de 16 kilómetros con un promedio de 350 metros de ancho. Se organiza a través de niveles jerárquicos, desde la escala territorial hasta la local, entrelazando biodiversidad y recreación a través de un sistema de estructuras habilitadoras que se adaptan respetuosamente a las formas del terreno y sus ritmos. Cada estructura se define en función de los valores del paisaje, los componentes perceptivos y los criterios ecológicos, teniendo en cuenta las restricciones legales y la seguridad durante las inundaciones de los ríos. A través de este enfoque, el Cajón del Río Colina se consolida como un territorio donde las personas pueden reconectarse con el paisaje mientras salvaguardan sus especies y procesos ecológicos. La conservación se convierte en una estrategia colectiva —que fortalece tanto el medio ambiente como el compromiso de la sociedad con el patrimonio natural— dejando de ser un acto aislado y convirtiéndose en una responsabilidad compartida incrustada en la experiencia cotidiana.