Mirador 360º, Álora, Málaga
Viewpoint 360º, Álora, Málaga
Acerca del lugar y la intervención
Álora, con su Castillo y su histórico Arrabal, es proa del paisaje montañoso de la Sierra del Hacho. La villa es resultado de sucesivas historias a ritmo de malagueña que culminan en el célebre Cerco y su Romance. Rica en estímulos tangibles e intangibles, algunos perdidos, buscaba renovar y embellecer el modo de vida de sus habitantes y su forma de ser descubierta. La propuesta “Tapiz e: 1/1” resultó ganadora de un concurso de ideas. En diálogo con el paisaje cultural de Álora, registra su energía. Es un mapa pétreo que ayuda a recorrer, mirar, descubrir, conocer y experimentar el paisaje. La segunda fase de la intervención es el denominado Mirador 360º.
Mirador 360º
En una curva del camino de borde que rodea el Cerro de las Torres y enlaza el Castillo con la Plaza de la Despedía, coincidiendo con la estación VIII del via crucis, un alto acerca el paisaje al visitante. El pavimento es alfombra pétrea y el muro busca su “invisibilidad”. Los gaviones de arenisca hacen que el muro se integre en la ladera dando protagonismo a Castillo y cerro.
La baranda es apenas vibración de aire.
La alfombra modifica su textura en la estación VIII, área con geometría de ondas cuyo epicentro es una pieza circular de mármol que señala la segunda caída de Cristo. Dos asientos de mármol blanco, “lacrímosas”, invitan a la contemplación, muestran su impacto en el pavimento e invitan a comprender la consolación de las llorosas de Jerusalén por parte de Jesús camino del Calvario.
El mirador sugiere la vista dinámica en 360º. De un lado, el paisaje natural configura la cuenca del Guadalhorce. Del otro, se relacionan hitos paisajísticos; la capilla gótica de Jesús Nazareno de las Torres, el castillo árabe, la configuración escalonada de la villa y el monte Hacho.
Su suelo de pletinas, deja silbar al aire que lo atraviesa y vibra en transparencia variable a nuestro paso. La baranda de finas barras soporta un ancho pasamanos informativo con textos aéreos y perforados. Los primeros indican lugares del paisaje cultural, y los segundos, datos históricos de interés para el viajero.
Se recupera la zona natural mediante arbustos de bajo mantenimiento como cantueso, lavandula, y alcaparra, capparis spinosa.
Al atardecer, las piezas del pavimento se iluminan marcando el camino. Durante los actos de Semana Santa, las velas en el interior de la baranda acompañan los eventos nocturnos de pasión religiosa.
Los materiales son así usados buscando su sinceridad, y su engarce obedece a las ideas perseguidas.
Nos gustaría haber capturado el espíritu del paisaje y acercado al viajero la experiencia del rico paisaje cultural de Álora.
El camino y el mirador subrayan el paisaje haciendo aflorar sus valores.