El término paisaje esta definido de distintas formas en las lenguas oficiales de Noruega. En la variante escrita bokmål , un landskap es una zona pequeña formada por un límite natural entendido como una unidad en ella misma, como por ejemplo, un fiordo, un bosque, o una zona árida abierta y salvaje. En cambio, en la variante nynorsk , hace referencia a una zona demarcada que respeta la naturaleza, la vida vegetal y similares; la cual constituye una entidad, un entorno y un medio ambiento, que puede ser el paisaje de un fiordo, uno de cultural o lunar, e incluso un paisaje abierto. Por otro lado, la cultura Sami tiene una aproximación al paisaje más espiritual, ya que incluso veneran a dioses de la naturaleza y tienen más de 100 nombres para referirse a la nieve. La propuesta de la ley Planning and Building Act revisada en 2008 por el departamento de Planeamiento del ministerio se apropia de la definición del paisaje del Consejo Europeo y que podemos encontrar en el artículo 1 de la Convención Europea de Paisaje firmada en Florencia en el 2000, en que se describió como una zona, tal y como la perciben las personas, la cual tiene un carácter resultante de la acción e interacción de factores naturales y/o humanos.
Noruega es conocida por sus paisajes, muchos de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y no solo por sus fiordos verdes, también por las afiladas rocas de las islas. De la totalidad de la superficie del país, tan solo un 1,7% es construida, el resto esta formado por montañas (45,2%), bosques (37,4%), ríos y glaciares (7%), pantanos y zonas húmedas (5,3%) y agricultura (3,4%). Pero, de este 98,3% de “verde”, ¿qué parte está protegida? El país es uno de los faros más potentes en políticas de protección de medio ambiente y paisaje, un 9,7% del total son Parque Nacionales, un 2,1% reserves naturales y un 5,3% áreas de paisaje protegidas. Estos datos no son en vano.
Las políticas medioambientales recaen en diferentes responsables y administraciones. A nivel estatal hay el ministerio de planeamiento, donde se integran las directrices de paisaje en las arquitectónicas, especialmente en los usos y planeamiento. Los 19 condados avalan los planes y estrategias identificando las unidades de paisaje de cada región. El sentimiento de paisaje va más allá del marco legal, ya que existen asociaciones como “Norwegian Parks Association” que velan por la variedad de paisajes y tienen la misión de incrementar la cooperación de mejoras de estos.
Según los datos de la Convención de Paisaje del Consejo Europeo, los asuntos de paisaje están incluidos en temas energéticos, medioambientales, forestales, infraestructurales, de ocio, cambio climático, patrimonio cultural y agrícola. Sin embargo, no forman parte de los temarios educativos de las escuelas de primaria ni parvulario, aunque sí que encontramos un grado de paisajismo y másters, ya que esta conciencia “del verde” ha llegado a las aulas de la universidad Oslo School of Architecture and Design. Los trabajos presentados a la décima edición de la Bienal en la categoría de escuelas fueron escogidos finalistas con mención especial por la cualidad representativa y por la original e innovadora investigación de metodología en cada proyecto de paisaje. Se proponen estrategias para analizar y transformar zonas urbanas enredadas, sin dejar de mirar como se construyen los nuevos paisajes, des de un punto de vista d’espacios intangibles a partir de métodos abstractos, como des la aceptación del hormigón como nuevo panorama.
Poniendo énfasis en la practica profesional noruega y en los proyectos construidos, queremos repasar finalistas y menciones especiales de las pasadas ediciones de la Biennal Internacional de Paisaje por su cualidad y precisión en todos los aspectos urbanos y de paisaje. Uno de ellos, The Nansen Park de Tone Lind Lindheim, Tone Linheim y Parco Nanen, ubicado a Fornebu (Oslo), establece un dialogo entre la linealidad del aeropuerto y las formas más orgánicas del paisaje original. También hay el proyecto Àrea de servei de Videseter de Jensen & Skodvin Arkitektkontor siutat a Lom, donde el proyecto de desarrolla a partir de intervenciones puntuales que es determinan geométricamente según su posición concreta evitando así soluciones repetidas. Por último, destacar el proyecto de Axel Nitter Sømme de Kabelvaag Market Square (Kabelvaag).
Finalmente, hace unos meses se presentó en la sede de Barcelona del Colegio de arquitectos de Catalunya el libro “Layered Landscapes Lofoten” que trata estas evoluciones y como los paisajes están sometidos a dicha presión. La comprensión de la complejidad, la alteridad y el cambio son las claves para entender los distintos enfoques e investigaciones experimentales, como lo hacen las escuelas, y que las autoras y arquitectas Magdalena Haggärde y Gisle Lokken ( 70ºN arkitektur ) nos revelaron sin prejuicios.
El siguiente punto de encuentro con todas estas practicas paisajísticas y donde estos temas serán objeto de debate será en el COMMON GROUND organizado por el congreso mundial IFLA 2019b que se celebrará durante tres días en Oslo (18 a 20 de septiembre) , en que se analizaran conceptos como la transformación urbana, la movilidad verde, los paisajes saludables, la participación de la comunidad… Además, ECLAS (European Council Landscape Architecure Schools) también celebrará su congreso durante la semana previa.